Ayer jueves, 7 de noviembre, pudimos asistir a la interesante e instructiva charla sobre las diferentes formas de afrontar la muerte a lo largo de la historia, desde la Prehistoria hasta el siglo XXI, titulada “Memento Mori” (“recuerda que has de morir”).
Un recorrido ilustrado por lo que supone el paso del tiempo, la pérdida de la frescura y la lozanía hasta llegar a la decrepitud y finalmente a la muerte. Partiendo de la obra de Caravaggio “Cesta de frutas” entendida como una alegoría sobre el paso del tiempo que hace poco a poco pudrir las frutas y las hojas, descubrimos como las diferentes civilizaciones han tratado el tema de la muerte.
La visión del más allá de las mujeres y de los hombres se ha trasformado profundamente. Desde una continuación de la vida cotidiana en el mundo de ultratumba a la garantía de victoria sobre la muerte gracias a la muerte y resurrección de Cristo. Esta cosmovisión es la que ha impregnado hasta sus raíces la cultura de Occidente de los últimos dos milenios. Desde una muerte omnipresente al ocultamiento de la misma en nuestra sociedad, en el fondo los miedos y los deseos de inmortalidad de unos seres que miran su propia muerte. Y como escribió Martin Heidegger, uno de los grandes filósofos del siglo XX, “la muerte es la esencia de nuestra existencia”.