Tomás Nevinson – Javier Marías

Título: “Tomás Nevinson”            Autor: Javier Marías

Fecha: 19 de enero                       Hora: 18:30                 

Lugar: Azucarera de Torre del Mar

Resumen del libro

Dos hombres, uno en la ficción y otro en la realidad, tuvieron la oportunidad de matar a Hitler antes de que éste desencadenará la Segunda Guerra Mundial. A partir de este hecho, Javier Marías explora el envés del «No matarás». Si esos hombres quizá debieron disparar contra el Führer, ¿cabe la posibilidad de hacerlo contra alguien más? Como dice el narrador de Tomás Nevinson, «ya se ve que matar no es tan extremo ni tan difícil e injusto si se sabe a quién».La novela, más allá de su trama, es una profunda reflexión sobre los límites de lo que se puede hacer, sobre la mancha que casi siempre trae la evitación del mal mayor y sobre la dificultad de determinar cuál es ese mal. Con el trasfondo de episodios históricos de terrorismo, Tomás Nevinson es también la historia de qué le sucede a quien ya le había sucedido todo y a quien, aparentemente, nada más podía ocurrir. Pero, mientras no terminan, todos los días llegan…

Resumen de la sesión

Iniciamos la sesión leyendo un resumen de la biografía de Javier Marías  autor del libro que comentamos hoy. Escritor, traductor y editor español, fue miembro de número de la Real Academia Española, donde ocupó el sillón “R” desde 2008, hasta su fallecimiento en septiembre de 2022. Debido a que a su padre le fue prohibido dar clases en la Universidad española por ser republicano, se desplaza la familia a EEUU donde éste impartió clases en diferentes universidades. Ello le permitió a Javier Marías conocer y mantener contactos con Jorge Guillén, Vladimir Nabókovo Rosa Chacel. Se licenció en Filosofía y Letras y dio clases de Literatura Española en la Universidad de Oxford y otras de EEUU. Destacó desde un principio como una de las voces más personales de la narrativa española. Sus personajes siempre eran complejos y las situaciones que planteaba,inciertas.  Publicó antes de los veinte años su primera novela, recibiendo numerosos premios y reconocimientos por su amplia bibliografía, traduciéndose su obra a veintidós lenguas diferentes. “Berta Isla” y “Tomás Nevinson”, que analizamos hoy, han sido sus últimas obras publicadas.

Nadie puso en duda entre los asistentes que Javier Marías fue un gran escritor, pero también a algunos no les resultó fácil seguir la trama de esta novela introspectiva por las reflexiones largas, las observaciones detallistas y las referencias literarias del narrador. Esto impide, según otra opinión, que sus novelas “enganchen”, pero al mismo tiempo nos demuestra los grandes conocimientos del autor y que esta forma de escribir es uno de sus sellos más característicos. “Pienso que le sobran muchas hojas, porque la historia se puede resumir fácilmente, pero me ha gustado su manera de escribir que hace que se lea fácil, ya que su forma de escribir no es enrevesada. Me ha gustado.” “A mí me ha resultado tedioso y cansino. No me ha enganchado”.División de opiniones.

En esta novela, a juicio de una de las presentes, se plantean,principalmente, una serie de  dilemas morales:“¿hasta qué punto se puede matar a una persona –“sacarla del cuadro” – veinte años más tarde, por unos hechos que, supuestamente, cometió en su día?¿Es permisible el “juego sucio” de los Estados frente al terrorismo? ¿Pueden los Servicios Secretos de un país convertirse en justicieros para castigar a aquellas personas donde la Justicia no ha llegado? ¿Se puede matar a alguien para evitar que pueda en un futuro cometer atentados, saltándose a la Justicia?”

Así, entramos en el análisis de la novela a la que añadimos párrafos del libro para ayudar a comprender los comentarios hechos en el Club de Lectura. Novela que empieza precisamente con esta frase: “Yo fui educado a la antigua, y nunca creí que me fueran a ordenar un día que matara a una mujer. A las mujeres no se las toca, no se les pega, no se les hace daño físico y el verbal se les evita al máximo…” “Bueno, todo esto me enseñaron de niño y todo esto era antes, y no siempre ni a rajatabla. Era antes y en la teoría,no en la práctica.”Para ratificar este último comentario nos cita las muertes de Juana de Arco, Ana Bolena o María Antonieta y nos expone la justificación de alguien de la época cuando lo que se hace es con desagrado o repugnancia: “En esa situación, sólo el primer paso cuesta.” Alguien nos recuerda que el autor de la frase anterior con que se inicia el libro es Tomás Nevinson, agente hispano-inglés que pertenece a los Servicios Secretos del M16 y M15 inglés pero que tras varias décadas activo, ahora se encuentra en excedencia voluntaria trabajando en la embajada inglesa en Madrid. De forma sorpresiva recibe la llamada de su antiguo jefe Bertram Tupra anunciándole que iba a viajar de Londres a Madrid “para que me hagas un gran favor, por los largos tiempos pasados.” “Bueno, el servicio no sería sólo a mí, también a un amigo español.” La presencia de Tupra anunciaba casi siempre muerte, alguna muerte antes o después, pasada o futura…La cita tuvo lugar en un jardín cercano a la Plaza de la Paja de Madrid y desde allí se trasladaron a una taberna próxima. Tupra sacó un sobre del bolsillo interior del abrigo y extrajo tres fotografías de  mujeres que colocó sobre la mesa. “Míralas, mira las fotos” le dijo. “No tengo nada que mirar, Tupra” le respondió Tomás Nevinson. “Escucha al menos. Una de estas mujeres tuvo parte en dos atentados muy sangrientos en tu país, aquí en España. Puede que en alguno más, suponemos que desde la distancia. Es un favor a mí y también a un amigo español, a quien vamos a llamar <Jorge>” Le estaba hablando de los atentados provocados por ETA en Hipercor y en un cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, ambos en 1987. “¿Y qué hizo esa mujer?,le preguntó Tomás Nevinson. “Hay certeza de que fue necesaria para el éxito de esos atentados. Mi amigo Jorge sabrá más, pero no tengo detalles. Nosotros le ayudamos con ETA y ellos nos ayudan con el IRA, de la misma forma que esas dos organizaciones se apoyan.” Tomás le preguntó qué tenía que hacer. “Encontrarla, descubrirla.” Le respondió. Y una pregunta más: “Tu amigo “Jorge” está en los Servicios Secretos de aquí, en el CESID, supongo.” “No, en absoluto -respondió Tupra-. “¿Quieres decir que el favor es personal, que no tienes órdenes de arriba? ¿Que la operación es cosa tuya y arriba ni siquiera lo saben?” Tupra se rió con risa seca. Esta circunstancia nos llevó a comentar cómo se pueden utilizar los medios del Estado de forma particular o privada. “Ayúdanos Tom. Te vendrá bien volver a la actividad, será sólo esta vez.” ¿Y qué ha hecho esa mujer después del 87? Estamos hablando de sucesos de hace diez años. ¿Sigue siendo un peligro constante?, le preguntó. “Lo que es seguro es que hizo algo, y que nadie la ha detenido ni castigado. En realidad, ni se la ha encontrado. Es una de estas tres mujeres: María Viana, Inés Marzán o Celia Bayo. Tendrías que instalarte unos meses en la ciudad en que viven,Ruán -nombre ficticio-, por el noroeste, aquí en España; dos de las tres mujeres están casadas y la otra, soltera, divorciada o viuda, en todo caso vive sola. Las tres llegaron a vivir a la ciudad hace 8 ó  9 años” finalizó Tupra. Tomás Nevinson aceptó el encargo después de muchas dudas. Días más tarde se reunió con “Jorge” que se presentó como Jorge Machimbarrena y su contacto en España de los Servicios Secretos ingleses, Patricia Pérez Nuix (Pat). Le asignaron un nuevo nombre que aparecía en su carnet de identidad y en el pasaporte: Miguel Centurión Aguilera.Se leyó por parte de un asistente a la tertulia cómo “Pat” le recuerda a Miguel Centurión la frase de un General español responsable de la lucha contraterrorista: “Hay cosas que no se deben hacer. Si se hacen, no se deben decir. Si se dicen, hay que negarlas.” Y esta otra: “Nosotros hacemos pero no hacemos, o no hacemos lo que hacemos, o lo que hacemos nadie lo hace. Simplemente sucede.” “Yo creía que le estaban tendiendo una trampa a Tomás por parte de Tupra, poniéndole a prueba, porque no pensaba que iban a matar a nadie”, comentó alguien.

Tomás,casado con Berta Isla y con dos hijos, Elisa y Guillermo, vivía en un piso diferente de su familia, pero en un lugar próximo. Su relación era complicada pero afable, ya que las características del trabajo de Tomás había marcado dicha relación. Berta llegó a considerarse viuda, tras informarle Tupra que Tomás había “fallecido” en un servicio ya que fue retirado de primera línea por sus seguridad, pero desconociéndolo ella. Ahora consideró que debería decirle a Berta, y que ella se lo comunicara a sus hijos, que iba a ausentarse unos meses de Madrid. Volvía al servicio activo, de regreso a lo que le había amargado la vida y ella desaprobaba. “Lo único que espero es que tu reincorporación no nos traiga problemas a los demás.” (Berta, estando un día en un parque con su hijo en un cochecito, fue abordada por una pareja que dijeron llamarse Ruiz Kindelán y Mary Kate que trabajaban en la embajada de Irlanda. El primero derramó “accidentalmente” gasolina de su mechero sobre las sábanas del moisés del pequeño, mientras se puso a juguetear con el mechero. Berta se imaginó a su hijo en llamas. La pareja despareció y cuando Tomás se enteró de los hechos dedujo que podían pertenecer al IRA y tras la intervención de Tupra le confirmó que se había encargado de que no los molestasen nunca más. En este punto se recordó cómo reacciona la gente respecto a que un problema le afecte más o menos directamente y al que se hace referencia en el libro. Berta, tras el suceso con su hijo pedía venganza para aquella pareja que les había atacado, la misma Berta que no aprobaría el trabajo de su marido si conociese a qué se dedicaba. O las reacciones de la gente en las manifestaciones por el asesinato de Miguel Ángel Blanco donde hubieran matado a cualquier terrorista que se hubiese puesto delante. Pero después pasa el tiempo y las aguas vuelven a su cauce. También alguien quiso recordar la influencia que esta muerte había tenido en la reacción positiva de la sociedad vasca ante el problema del terrorismo en Euskadi.Precisamente una de las asistentes define el personaje de Berta como una mujer independiente y valiente. “Se trata de un matrimonio excepcional, sobre todo por la lealtad persistente de Berta, cautivándome los encuentros y conversaciones esporádicas que mantenía con Tomás.” 

Miguel Centurión llegó a Ruán para trabajar como profesor de Inglés en un importante colegio de la ciudad y vivía en un piso con un gran ventanal junto al río que la atravesaba y frente a la vivienda que ocupaba Inés Marzán (en la otra orilla), que era la dueña del Restaurante “La Demanda”. A los Servicios Secretos les fue imposible colocar cámaras ni micrófonos, por lo que lo único que podía hacer era seguir sus movimientos en la casa con unos prismáticos. Centurión visitó el restaurante para darse a conocer como nuevo en la ciudad y felicitarla por la calidad de sus menús. A Celia Bayo y María Viana, las otras dos mujeres sospechosas, podía verlas y oírlas por una cámara y micrófonos colocados por los Servicios Secretos en el salón -comedor de ambas viviendas. Al finalizar sus clases se entretenía en visualizar las imágenes grabadas y así ir familiarizándose con sus costumbres. Celia Bayo era compañera suya en el colegio en el que daba clases y estaba casada con Liudwino López, concejal influyente, extrovertido, malhablado, fanfarrón, celoso…y corrupto. Celia seguro que estaba al tanto de los sobornos, corrupciones y tramas que no objetaba lo más mínimo. Centurión tuvo la intención inmediata de tacharla de la lista y no ocuparse de ella, pero no lo hizo por disciplina.

Las características de las tres mujeres y, en su caso de sus dos parejas, Falcuino y Liudwino, y otros personajes como Comendador y Florentín fueron analizados por l@s asistentes que los consideraron muy bien retratados.

Llegaba el final de curso y Miguel Centurión no había logrado contactar con la tercera mujer, María Viana. Y es que la vida de esta mujer estaba fuera del alcance de un modesto profesor de Colegio. Casada con Falcuino Gausi, acaudalado constructor de la región, sufría la violencia verbal de su marido según pudo comprobar Centurión en sus grabaciones. Tenían dos mellizos, Nicolás y Alejandra, de unos siete años.Centurión acudió para conseguir información de las tres mujeres a dos personas de la ciudad: Comendador, un “camello” que le suministraba cocaína a Inés Marzán -según observó desde su vivienda y a quien siguió después- y a la persona mejor informada de la ciudad, José Corripio conocido como “Peporro” y  “Florentín”, cronista de sociedad de El Esperado de Ruán, periódico local. Pero la fortuna estuvo de parte de Centurión: la directora de su colegio le pidió el favor de si podía darles clases particulares de inglés durante el verano a los hijos de Falcuino Gausi y María Viana. De pronto se le brindó la oportunidad  inesperada de aproximarse un poco a la tercera mujer. Esta circunstancia le hizo descartarla también.

Por otro lado, Tupra le exigía resultados “ya” a Miguel Centurión y le pidió que se desplazara a Londres para informarle de cómo iban sus pesquisas. “Sólo te pido que señales a una, a la que te parezca con más probabilidades. Si no habrá que cortar por lo sano y eso te parecerá peor (acabar con las tres). Señálame a Molly O´Dea de una vez.” Le expuso cuanto sabía y le confesó cuánto ignoraba. Le habló de sus relaciones amistoso-sexuales con Inés Marzan, de las laborables y amigables con Celia Bayo y las recientes con María Viana. De sus contactos con Comendador y “Florentín”. También le habló de un personaje extraño que le presentó Inés en su casa como un amigo de la infancia, Gonzalo de la Rica. Tupra llamó a una especialista y con los datos proporcionados por Tomás Nevinson, elaboró un retrato robot que cotejarían con los retratos de los archivos. Más adelante le confirmaron que “podría ser” Ruiz Kindelán, el que le dio un susto de muerte a Berta en Madrid hace años.

A juicio de uno de los asistentes a la tertulia, Tupra le argumentó a Tomás Nevinson cuál de las tres tenía más posibilidades de ser la terrorista buscada: ¿Quién no ha establecido vínculos fuertes en Ruán? ¿A quién no se echaría de menos allí? ¿Quién puede desaparecer con más facilidad? Inés Marzán, inevitablemente, se le presentaba como la mujer que le tocaría “sacar del cuadro” para que no suprimieran a las otras dos. Pero él no tenía certeza… Se comentó cómo fue el mismo Centurión quien había ayudado a esta decisión de Tupra por lo que le había ido contando.

Recordamos cómo Miguel Centurión llegó al momento decisivo. A pesar del intenso trabajo que había en el restaurante el sábado 2 de agosto, debido a la insistencia de Miguel Centurión, Inés se comprometió a pasar la noche con él. Unos días antes, había recibido dos fármacos de efectos hipnóticos, aturdidores y anuladores de la voluntad, de secuelas inexistentes. Dormían a la víctima o la dejaban fuera de juego. Inés llegó cansada y con ganas de tomarse una copa. Miguel se la preparó añadiéndole la droga. Inés se tumbó en la cama y quedó completamente traspuesta. Preparó un baño, la desnudó y la trasladó a la bañera. Tiró de los pies, de los tobillos, y en seguida la cabeza se empezó a hundir en el agua. Pero ya no pudo continuar. “Estoy condenando a Celia Bayo y a María Viana y tampoco estoy salvando a Inés Marzán. Pero hoy no será. Y en todo caso no seré yo”. La sacó de la bañera y la secó muy bien. No había pasado nada, y se quedó sentado a su lado vigilándola. Todo normal, pero él  necesitaba salir de allí. Ya vería al día siguiente, si ella le contactaba. “Hola, Miguel. ¿Qué pasó anoche? Me he levantado espesísima. ¿Qué me pasó?”“No fue buena idea forzar el encuentro. Estabas exhausta, rendida” le contestó. Seguidamente Miguel Centurión llamó a la directora del colegio para comunicarle que por motivos familiares imprevistos no se incorporaría en septiembre a las clases.También llamó a Inés para darle la misma  noticia: “Pues qué mal, qué mal…Tenemos que encontrar un hueco para vernos antes.” A Comendador le encargó que le avisara si veía movimientos “raros” en Ruán y él leía el periódico local para saber si había novedades desagradables respecto a Celia o María. El 1 de septiembre ya estaba incorporado a su puesto de la embajada en Madrid. Pasados ocho meses recibe una llamada de Comendador: “Oye, ayer fue el último día de la Demanda. Hay un cartel que dice “Cerrado por traspaso” e Inés ha desaparecido de la noche a la mañana.”

Doce meses después tuvo lugar la tragedia de Omagh en Irlanda donde murieron veintinueve personas tras la explosión de una bomba. Según los expertos fue similar a las de Barcelona y Zaragoza en 1987 o Vic en 1991 y se vio la impronta de Magdalena OrúeO´Dea. “Si Maddie O´Dea era Inés Marzánlas veintitantas muertes de Omagh las podía haber evitado tirando más de los pies de aquella mujer. Tupra estaba convencido y en el fondo de mi conciencia yo también. Pero no estuve seguro de a quién mataba, y no quería hacerlo yo. Se me hizo extremo, difícil e injusto, acaso por mi educación. Tanto que no fui capaz”decía Tomás Nevinson. Menos mal que en su vida volvió a aparecer Berta Isla.

A mí me ha encantado cómo escribe Javier Marías y la historia también -dice una de las asistentes-. Yo sabía que Centurión tal como le presentó Tupra su misión, no iba a elegir a ninguna de las tres mujeres señaladas. El hecho que despareciera Inés de Ruán parece que la señalaba, pero él que tuvo en sus manos matarla, no lo hizo porque no la veía  culpable. El grave atentado que ocurrió un tiempo después en Omagh, posterior a la desaparición de Inés, hace que Tupra cargue contra Tomás Nevinson ya que él si consideraba que ésta era la terrorista buscada. El atentado tiene toda la impronta de Magdalena Orúe, le dijo Tupra, pero para Tomás todo eran suposiciones. Alguien resalta la ayuda que Berta le presta a Tomás al percibir que algo le atormentaba tras este atentado. “Yo no entiendo que se buscara exclusivamente a Magdalena Orúe por los atentados, cuando ella era una más dentro de la organización, e incluso había otras personas con más poder,” se dijo.“La parte importante para mí es todo el discurso  que tiene sobre terrorismo y los dilemas morales que plantea contrarrestar su actuación -expuso una asistente-. Se habla de los numerosos crímenes de ETA y del IRA, pero cuando a Tomás Nevinson le dicen que tiene que matar a la que consideran es la terrorista, él se cuestiona que entonces será un asesino, aunque le argumenten que estará haciendo un favor a la humanidad ya que evitará que realice nuevos actos terroristas. La novela es muy reflexiva y a mí me ha ayudado a verbalizar muchos aspectos que desconocía.”“Para mí el tema principal de la novela, más que ver cuál de las tres mujeres es la terrorista, es el analizar si el fin justifica los medios.”“Yo no sabría decir que Inés era a quien buscaban, pero si no tenía nada que esconder, ¿por qué vende el local y desaparece de esa manera?Por otro lado a alguien le extraña que después de desaparecer Gonzalo de la Rica de casa de Inés, ésta siguiera manteniendo la relación con Miguel con toda normalidad. También se comentó la variedad de temas interesantes que plantea el libro: la vida de los agentes secretos, la colaboración entre grupos terroristas, la guerra sucia de los Estados, la relación llena de misterio que mantenía Tomás con su mujer, Berta y sus hijos…

Alguien se atrevió con una triste reflexión final: seguiremos matándonos los humanos, seguirá habiendo atentados, seguirá habiendo guerras, seguirá habiendo dictadores que cuenten con el apoyo del pueblo…Pero pregunto, ¿sería justo eliminar a Putin para acabar con la guerra en Ucrania? Este es el argumento moral que plantea la novela. ¿Se puede matar a alguien para evitar que esa persona mate a otras muchas?

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Próximo libro

Título: ”El mago. La historia de Thomas Mann“      Autor: Colm Tòibín

Fecha: 16 de  febrero                       Hora: 18:30  

Lugar: Centro Cultural  La Azucarera   de Torre del Mar        

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