LAS CLARAS A LAS CLARAS
15 DICIEMBRE 2018
Hace algo más de un año que, fruto de una honda preocupación ciudadana que venía de muy atrás, nacía la plataforma ‘Las Claras a las claras’. Una plataforma conformada por colectivos, partidos políticos y vecinos a título individual que proviniendo de lugares muy distintos, pensando de modo muy diferente en muchas cosas, siendo por tanto un mosaico muy plural de nuestra sociedad, compartíamos un interés común: la salvaguarda de este emblemático edificio, declarado Bien de Interés Cultural.
Durante este año largo hemos podido comprobar con tristeza algo que sospechábamos pero que no ha sido hasta ahora que tras muchas reuniones, deliberaciones, movilizaciones, intentos de mediación con la autoridades competentes (o incompetentes), hemos podido certificar. Que el convento de Las Claras no solo, como salta a la vista (y lo que vemos desde el exterior no es lo peor), no solo, decimos, está amenazado, sino que está en franco peligro de desaparición.
Y está en peligro de desaparición fundamentalmente por culpa de un propietario, Unicaja Banco, que pretende rehuir de las obligaciones que la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía le impone en cuanto a su conservación; y no menos por culpa de unas administraciones públicas, la Junta de Andalucía y muy especialmente el Ayuntamiento de Vélez-Málaga, que con sus dilaciones y maniobras de distracción están faltando a su deber de garantizar la conservación de esta joya del patrimonio histórico-artístico de nuestra ciudad.
Las Claras es más que un pedazo fundamental de nuestro pasado, de nuestra historia, del itinerario sentimental de miles de veleños y veleñas. Las Claras y así no cansaremos de repetirlo desde la plataforma, es la piedra sobre la que ha de pivotar el futuro de un barrio cuyos mejores años nos negamos a asumir que hayan quedado atrás.
Por eso frente a la opacidad, la falta de diálogo, la peligrosa indeterminación de algunos, reclamamos su rescate para la ciudadanía y que se garantice su uso educativo y cultural convirtiendo este inmueble en un verdadero revulsivo para el casco antiguo y en un referente comarcal.
Por eso, frente al doloroso fantasma de la desaparición del convento de San José de la Soledad que desde los años 80 nos ha perseguido, decimos que estamos a tiempo de evitar otra pérdida irreparable que las próximas generaciones no nos iban a perdonar.
La Cultura no es el patio privado de nadie. Ni de un gran banco ni de un puñado de políticos dóciles con los poderosos y fuertes con los débiles.
Por eso seguiremos reivindicando allí donde sea necesario lo que es justo.
Porque no estamos dispuestos a permitir que permitiendo caerse a trozos el pasado, nos roben el futuro.
¡Salvemos Las Claras!