La hija de la española – Karina Sainz Borgo

Fecha: 18 de febrero 2021                                      Hora: 19 h.

Lugar: Todos en casa

Resumen del libro

Adelaida Falcón, una maestra caraqueña, fallece tras una larga enfermedad. Su hija Adelaida, de treinta y ocho años, no tiene a nadie y vive en una ciudad donde la violencia marca el ritmo diario de la existencia. Poco tiempo después del entierro, encuentra su casa tomada por un grupo de mujeres a las órdenes de la Mariscala. Llama a la puerta de su vecina sin hallar respuesta: Aurora Peralta, a quien todos llaman «la hija de la española», ha muerto. En la mesa del salón, una carta le comunica la concesión del pasaporte español: un salvoconducto para huir del infierno. “La hija de la española” es el retrato de una mujer que escapa a todos los estereotipos enfrentada a una situación extrema.

Resumen de la sesión

Los hechos que comentamos de esta novela están situados en Caracas         (Venezuela) y fueron consecuencia del brusco cambio sufrido por la población civil como consecuencia de la Revolución bolivariana que tuvo lugar en el país tras la elección de Hugo Chávez como presidente en 1998. La situación de Venezuela que narra la autora, nos llevó a las primeras intervenciones de los asistentes a la tertulia. “Pienso que aunque de todos es conocida  la situación actual por la que pasa el país, el hecho de que la autora esté exiliada en España y la protagonista sea la única voz en el relato, puede quitarle credibilidad a lo que cuenta y hacerlo más partidista”, comentó alguien. Otra de  las asistentes quiere destacar el que la autora nos manifiesta que los hechos narrados son ficción y que pueden ocurrir en cualquier otro país; de todas formas también se opina que, al parecer, están basados en hechos reales.

Se resalta que es un libro con una presencia importante de mujeres y en la que la protagonista lucha por sobrevivir ante un ambiente tan hostil. Los hombres tienen poco peso en esta historia. Y es que todo gira alrededor de dos parejas de mujeres: Adelaida Falcón, madre,  Adelaida Falcón, hija, que es la protagonista, y Julia y Aurora Peralta, madre e hija también, que desde España se fueron, como tantos otros, en busca de fortuna a Venezuela, una vez que falleció de forma casual el marido de Julia, Fabián Peralta, en el atentado a Carrero Blanco de 1973.

“Te produce mucha angustia al leerla porque lo que se narra es muy duro”.  “Produce desolación porque lo que la autora transmite es muy dramático y con un inicio muy triste”. “Me ha parecido una obra durísima y quizá no muy adecuada para estos tiempos que estamos viviendo; además no  emplea un lenguaje agradable ni en momentos que podían ser tiernos como en la relación de Adelaida con Francisco. Da una sensación de estar amargada permanentemente”. Así se expresaban algún@s de los asistentes a esta sesión del Club de Lectura pero claro, como siempre, el análisis de la novela dio para mucho más como se verá a continuación, ya que también se consideró emocionante y muy intensa. Según una opinión, en la novela se podrían distinguir tres partes: la primera abarca la muerte y el entierro de la madre de Adelaida, la segunda, cuando pide ayuda en la casa de su vecina Aurora Peralta y la tercera, cuando  la protagonista decide irse del país.

“La familia éramos mi madre y yo. Nuestro árbol genealógico comenzaba y acaba en nosotras. Mi padre, estudiante de Ingeniería, desapareció cuando mi madre le dijo que esperaba un bebé.” La narración de las privaciones que pasó Adelaida para pagar los días de estancia de su madre en la clínica o el velatorio, nos ayudaron a comprender la situación que vivía su país en los primeros años de la Revolución y donde los Motorizados de la Patria y las mujeres invasoras controlaban la situación ante la indiferencia del Gobierno. ”El mundo, tal y como lo conocía, había comenzado a desmoronarse.” Ese es al análisis que hace Adelaida Falcón tras la muerte de su madre.

Alguien aporta que los sucesos que se nos cuentan en la novela corresponden a los inicios de la Revolución, dando lugar a los cambios más radicales y que produjeron más contrastes que en la Venezuela actual. “Pienso que hay unos sentimientos por parte de la autora de arraigo y desarraigo hacia su país. La situación vivida le produce esa amargura y dolor. Veo acorde ese sentimiento con lo que escribe.”

 A lo largo de la novela la autora aprovecha diferentes momentos para que Adelaida nos hable de su madre, y de los buenos recuerdos de su infancia. Las únicas parientes que tenían Adelaida madre e hija en Venezuela eran las hermanas mellizas de su madre Amalia y Clara que vivían en Ocumare de la Costa donde regentaban una pensión desde hacía treinta años y a las que ellas visitaban dos o tres veces al año. Felices eran los recuerdos que Adelaida tenía de las visitas a casa de sus tías cuando era niña y donde, según ella, todo era distinto. El recuerdo de aquel campo donde podía comer  mangos, trepar a los árboles para coger ciruelas o masticar la caña de azúcar escondida bajo la mesa del comedor; el escuchar las letras picantes de los llamados cantos del pilón que las mujeres morenas y macizas cantaban en los diferentes oficios. También recordaba la dedicación que su madre le prestaba llevándola a museos y teatros y una casa donde no faltaron nunca los libros.

Se planteó la relación que Adelaida mantuvo durante tres años con un periodista, Francisco Salazar, al que conoció mientras trabajaba como correctora de estilo en un periódico local. Adelaida lo acompañó en varios de sus viajes a la selva en la frontera entre Colombia y Venezuela donde Francisco escribía crónicas para su periódico sobre la guerrilla y se enamoraron. La denuncia de que el propio Gobierno había dado la orden de asesinar a un importante empresario cuya liberación se estaba gestionando, fue su condena. Francisco fue asesinado una semana antes de casarse con Adelaida. Ello nos dio pie a hablar de lo frecuentes, por desgracia, de los secuestros con diferentes fines en países de  América latina como México y Colombia. Alguien opinó que esta novela podía considerarse como una distopía en la que se nos quiere avisar de lo que puede ocurrir en otros países donde triunfen los totalitarismos tras la destrucción de las democracias.

Tras la muerte de su madre, Adelaida fue al Ayuntamiento a agradecerle a Clara Baltasar, Asistente Social, todo lo que le había ayudado durante la larga enfermedad de su madre y se entera que se encuentra hospitalizada tras haber sufrido una agresión. En Cuidados Intensivos se encuentra con las hijas de Clara, entregándoles las medicinas del tratamiento de su madre que no había llegado a usar, por si las necesitaban.

Cuando Adelaida llega a su casa y quiere entrar, se da cuenta que la cerradura había sido cambiada. Dentro se encontraban varias mujeres que formaban parte de los grupos de invasión y que utilizaban las casas como almacén de los alimentos que les facilitaba el Gobierno y que luego revendían. En el análisis que hicimos, este es uno de los momentos más duros de la novela ya que al reclamar sus pertenencias, además de destrozárselas, Adelaida fue agredida por la Mariscala, jefa del comando, golpeándole la cabeza con la culata de la pistola que portaba. Tras  un rato inconsciente, Adelaida acudió a casa de María, vecina del sexto que era enfermera y le cosió la herida producida. Una vez curada, Adelaida mostró interés por irse, mientras María le pedía que se quedase en su casa por lo menos hasta el día siguiente dada la situación en la que se encontraba. Adelaida no le hizo caso y bajó hasta su planta llamando en el piso frente al suyo que era el de Aurora Peralta. Ante su sorpresa giro el pomo de la puerta y pudo entrar sin dificultades. En el suelo del salón se encontraba tendida Aurora Peralta con los ojos abiertos y los labios morados. En la vivienda no había señales de violencia. No tenía donde vivir. Descartó ir a la policía, pero necesitaba deshacerse del cuerpo de su vecina sin llamar la atención si pretendía quedarse en su casa. “Lo único que podía mantenerme con vida era aquella mujer muerta. Tenía que jugar bien mis cartas”, pensó. La desesperación inyecta genialidad. Si los hombres y las mujeres se mataban en las calles, ¿qué tendría de extraño que un cadáver cayera de un quinto piso? se cuestiona Adelaida. Y surge una pregunta en la sesión: ¿Os habéis planteado qué hacer ante una situación como la de Adelaida delante del cadáver de Aurora y con lo que ella estaba viviendo? ¿Se puede uno saltar los principios éticos? Aparece entonces la palabra supervivencia como justificación; esta es una oportunidad que le ha presentado el destino y la tiene que aprovechar como sea, se dijo. Imaginaros qué hubiera hecho Adelaida si no se hubiera encontrado con Aurora muerta en su casa. No podía ir a la policía, no podía entrar en su casa…- comentó alguien- pero la respuesta se la había dado María, la vecina que la curó, cuando le dijo que se marchase a vivir con sus tías a Ocumare donde estaba la situación más tranquila. “No te metas en líos, no vayas a la policía”, le dijo. Adelaida no tenía un trabajo en Caracas, sino que lo hacía como correctora de una editorial extranjera a través de internet; podía hacerlo perfectamente. Sin embargo la autora de la novela da otra salida al futuro de Adelaida.

En el dormitorio de Aurora encontró, junto a otras cartas, una del Consulado español dándole cita para la tramitación del pasaporte y el DNI del Reino de España. Quedaban dos semanas para la cita. Revisando la habitación, Adelaida encontró documentos bancarios, claves, extractos y libretas. El ordenador, antiguo, autocompletaba todos los datos de navegación que necesitaba. Pensó que también debería tener euros en efectivo ocultos ya que nadie pagaba en bolívares. Los encontró escondidos en un sobre en la parte trasera de un cuadro. Buscando el dinero encontró también la biografía desconocida de las dos mujeres con quienes había vivido pared con pared durante años. Al encender su móvil saltaron mensajes de su prima Mª José de España que se extrañaba de la falta de noticias de Aurora. Los altercados callejeros y problemas con internet fueron la justificación. Y una pregunta: “¿Cuándo vienes?” “En cuanto tenga el pasaporte”, respondió “Aurora”. Alguien comenta lo diferentes que fueron las relaciones de Aurora y Adelaida con sus madres respectivas. Por el diario que encontró esta de Aurora, las quejas hacia su madre habían sido permanentes y la relación entre ellas no había sido la mejor. También revisó la correspondencia que Julia y Aurora habían mantenido con su familia de España y que  había disminuido mucho desde la muerte de Julia.

Tenía que tomar una decisión ante la oportunidad que se  le presentaba. Pensó que podía hacerse pasar por Aurora. Y Adelaida tomó la  decisión sin vuelta atrás. Se puso en contacto con un gestor y consiguió, pagándolo bien, la falsificación de los documentos con la firma de Aurora Peralta. Pasó de tener treinta y ocho a cuarenta y siete años y pensó que los muchos años sin viajar a España de Aurora  le ayudarían a despistar sobre su aspecto físico. Días después le entregaron en el Consulado el pasaporte. Antes de partir para España, Adelaida quiso despedirse de su madre en el cementerio llevándole unas flores, comentándose por vari@s de l@s  asistentes que les había gustado mucho la conversación que mantuvo con ella y donde se alegraba de que no viviese para ver en qué se  había transformado el país. También el detalle que tuvo de ponerle unas margaritas en la tumba de Julia Peralta, una mujer a quien conocía poco y a la que le había quitado todo. “En este país nadie descansa en paz. Nadie.”

Se recuerdan las escenas de la salida de Aurora (Adelaida) desde el aeropuerto y los momentos tan duros por los que  la hicieron pasar al someterla a interrogatorios, amenazas y extorsiones. Comentamos lo frecuente que suelen ser los casos de corrupción en algunos países tanto al viajar como en la percepción de ayudas que reciben y que son controladas por mafias organizadas que impiden la llegada de esas ayudas a la población necesitada. “Nosotros, desde nuestro mundo, no nos podemos imaginar que esas cosas pasan” se comentó. Además durante el debate se recomendó ver la película “Adú” para profundizar en el tema. Hablamos, como era lógico, de la situación que vive actualmente Venezuela y no nos explicábamos como había podido cambiar tanto con la de los años sesenta y setenta con un alto nivel económico debido principalmente al petróleo y donde no faltaba el trabajo. La Venezuela que fue refugio de tantos españoles que vieron en la emigración a este país la solución a los problemas del paro que sufrían aquí y que en muchos casos se ve obligada ahora a hacer un viaje de vuelta al que hicimos nosotros debido a la situación política que vive su país. Situación extensible a otros países latinoamericanos, se dijo, en los que no se explica cómo viven con tanta inestabilidad y pobreza, habiendo mucha riqueza en ellos. Quizá el intervencionismo de los Estados Unidos en la política de estos países tenga la culpa en muchos casos de estas situaciones. Como igualmente la tuvo la colonización europea, en sus tiempos, en otros continentes.

¿Y qué pasó con Aurora (Adelaida) al llegar a la casa de Mª José, su prima? “Hola, ¿tú eres…?” “Sí soy yo: Aurora”.  Lo demás se deja a la libre interpretación del lector.

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Próximo libro: “Golpéate el corazón”             Autora: Amélie Nothomb

Fecha: 18 de marzo 2021                                 Hora: 19 h.

Lugar: Tod@s en casa

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