Golpéate el corazón – Amélie Nothomb

Fecha: 18 de marzo                               Hora: 19h.                          

Lugar: Centro Cultural  “La Azucarera”  de Torre del Mar                           

Resumen del libro

Marie, joven belleza de provincias, despierta admiración, se sabe deseada, disfruta siendo el centro de atención y se deja cortejar por el galán más guapo de su entorno. Pero un embarazo imprevisto y una boda precipitada cortan en seco sus devaneos juveniles, y cuando nace su hija Diane vierte sobre ella toda su frialdad, envidia y celos. Diane crecerá marcada por la carencia de afecto maternal e intentando comprender los motivos de la cruel actitud de su madre hacia ella. Años después, la fascinación por el verso de Alfred de Musset que da origen al título del libro la impulsará a estudiar cardiología en la universidad, donde se topará con una profesora llamada Olivia. Con ella, en la que creerá encontrar la anhelada figura materna, establecerá una ambigua y compleja relación, pero Olivia tiene a su vez una hija, y la historia dará un vuelco inesperado… Esta es una novela de mujeres. Una narración sobre madres e hijas. Una fábula contemporánea deliciosamente ácida y malévola sobre los celos y la envidia, en la que también asoman otras complejidades de las relaciones humanas: las rivalidades, las manipulaciones, el poder que ejercemos sobre el otro, la necesidad que sentimos de ser amados…

Resumen de la sesión

Iniciamos la sesión recordando uno de los asistentes dos de las características que tienen en común todos los libros de la autora Amèlie Nothomb: el protagonismo de las mujeres con complejas relaciones entre ellas (celos, envidias, dominación, maltratos psicológicos, desamparo…) y el papel secundario de los hombres dentro de sus historias. También se quiso apuntar por parte de otra de las participantes, pero ya referida a esta novela, que buscando información sobre ella leyó que se podía catalogar como “un punto medio entre la obra de Grimm y la de Freud, un cuento para adultos, ácido y malévolo, una fábula conmovedora y cruel.”

Para analizar la novela, según las opiniones de l@s asistentes, podríamos dividirla en dos partes considerando los dos momentos principales vividos por Diane, su protagonista: desde su nacimiento hasta que decide estudiar medicina y desde que conoce a Olivia, profesora de la Facultad, hasta el  final de la novela.

Surgió la pregunta que se repite en casi todas las reuniones: ¿es creíble lo que se relata?; ¿hasta qué punto es real la existencia de este tipo de personas y situaciones? Y hubo diversidad de opiniones…

 “El que una madre llegue a tener celos, incluso odio hacia su hija, existe. Otra cosa es el porcentaje de casos. A mí, lo que me parece extraño es la diferencia de trato de la madre, Marie, con sus dos hijas, Diane y Celia. A la mayor ni la miraba, mientras que de la pequeña no se separó hasta que pudo entrar en la guardería. Al niño, Nicolás, que fue el segundo, lo trató de forma normal, por eso fue el único que no estuvo traumatizado en la infancia”. “El problema de Marie -comentó alguien- lo tenía ya desde soltera pero no porque se considerara la más bonita del pueblo, sino porque disfrutaba provocando la envidia y los celos de los demás; ahí radicaba su maldad”. “Ella era una ególatra tremenda y su primera hija, al nacer, le quitó todo el protagonismo. Para unas personas ese comportamiento es extremo, pero existe.” “Yo creo, que el problema de la relación madre – hija se provoca porque al quedarse embarazada tan joven (19 años), su hija le roba la juventud, y por su belleza, el protagonismo”. “Ahora se tienen los hijos más mayores, pero antiguamente se tenían más jóvenes y por eso veo creíble esta historia.” ”Yo no la veo normal.  En un porcentaje mayor de casos no sucede, pero que pueda ocurrir, sí. En otras novelas leídas (“Las maravillas” o “Como agua para chocolate”), hemos conocido también casos en los que existían problemas parecidos de relación entre madres e hijas.” “Al igual que también  puede ser real la diferencia de trato entre dos hijas o entre hijos e hijas. No sé si puede influir el tenerlos con diferentes edades o por otras situaciones.” Se analiza la diferencia de trato entre ambas hijas, pues con el niño no hubo un trato tan especial, justificándose que el trato maternal tan exagerado con Celia pudo ser debido a diferentes factores: no querer perderla como le había pasado con Diane, también por la edad de la madre cuando tuvo la segunda hija lo que le hizo comportarse de otra manera, porque descubriese la maternidad tardíamente o porque pudiera madurar y pensase que  si antes no había disfrutado de su hija, ahora lo iba a hacer con esta. “O quizá su egoísmo fue el que le hizo actuar así” apostilló alguien. Se destaca el hecho de que sean los abuelos maternos los que detectan el problema de los celos de la madre hacia su hija y así se lo hacen saber al padre cuando este acude para pedirle que se queden con la nieta durante el día, debido a la depresión, que según él, sufría la madre tras el parto.

Otro aspecto que produjo dudas en algún@s de los asistentes fueron las reflexiones que la autora pone en boca de Diane sobre su madre cuando tenía cinco años. Es imposible tener esa madurez, se dijo. Diane recuerda el único momento de atención y cariño que tuvo su madre hacia ella, a raíz de un sueño en el que Marie pensaba que Diane había muerto y se lanzó hacia la cuna para abrazarla y besarla de forma apasionada. Esos abrazos y el olor de su madre se le quedarían grabados para siempre. También se puso en duda el que ella, con dos años, le asintiera a su abuelo cuando este le dijera que su madre no era mala, que sólo estaba celosa de ella. O las reflexiones que Diane muestra  comparando la forma de actuar de su madre cuando nace su hermano y la que tuvo con ella, lo que le hace pensar que cuando su madre se quede otra vez embarazada debería tener otro niño  ya que, por lo visto, le gustaban más que las niñas. Se recuerda el momento divertido en que Diane le dice a la abuela que la lleve a la iglesia, cuando se entera que su madre esperaba otro bebé, para pedir que el tercer hijo fuese también un niño. El nacimiento de Celia invadió de angustia a Diane, pero cuando vio que su madre estaba delirante de alegría, pensó que si había una virtud de la que carecía su madre era el tacto. Diane dejó de ser una niña en aquel instante; ya no podía más y con cinco años, le suplicó a su abuela irse a vivir con ella.

Otro hecho que comentamos fue el accidente que con once años tuvo Diane al ser atropellada por un camión mientras caminaba absorta con los problemas que tenía con su madre y que iba a ser crucial en el destino que le iba a dar a su vida. Al observar el médico un comportamiento extraño de la niña, ya que pensó que ella había querido suicidarse, le preguntó con extrema gravedad: “¿Quieres vivir o quieres morir?”. “Quiero vivir”. Con esa respuesta, Diane, también había decidido ejercer la misma profesión de aquel hombre. Se dedicaría a salvar vidas: estudiaría medicina. Qué importaba su infancia echada a perder, ahora lo que hacía falta era crecer. Sorprenden, una vez más, las preguntas y respuestas que se hacía la niña, aunque se da a entender en la novela que era una niña muy precoz. Alguien comenta que desde los cinco años, Diane actúa así como autodefensa ante el comportamiento de su madre ya que no comprende su actitud. Ella la quiere, incluso la justifica, y busca por otro lado lo que su madre no le daba, pero nunca usó sus energías de forma negativa. Aun así, – se precisó – su infancia la marcó y nunca mostró facilidad en sus relaciones sociales con l@s compañer@s del colegio y del instituto o incluso con la única relación de pareja conocida, un chico llamado Hubert.

En el instituto, Diane conoció a Elisabeth Deux con quien entabló una profunda amistad, convirtiéndose en inseparables. El fallecimiento de sus abuelos en un accidente, provocó el que Diane se fuese a vivir a casa de la familia Deux ya que estos conocían las circunstancias por las que ella vivía en casa de sus abuelos y se lo ofrecieron. Tras sacar el bachillerato, Diane se matriculó en medicina y en séptimo, ya interna, escogió la especialidad de cardiología gracias a la lectura de unos versos de Alfred de Musset: “Golpéate el corazón, ahí es donde reside el genio”, que es el título de esta novela. Una de sus profesoras, Olivia Aubusson, le causó una gran impresión y va a tener una gran influencia en su vida.

Diane se dio a conocer ante Olivia y a partir de entonces los almuerzos en común fueron frecuentes llegando a compartir muchas confidencias. Quería parecerse a ella y formar parte de su equipo. Diane se dio cuenta de que Olivia no era profesora titular y la animó para que obtuviera la acreditación a cátedra. Con los conocimientos que tenía Diane de inglés y de informática le ayudó a conseguir ese objetivo a dos años vista. Para preparar mejor la cátedra, Olivia le propuso a Diane que se hiciera cargo de sus clases en la universidad; además, Diane, tenía que seguir preparando la tesis de final de carrera. Olivia consiguió por fin  y de forma brillante el título de catedrática, reconociéndole a Diane que el título se lo debía a ella. Se censuró el comportamiento de Olivia con Diane, ya que después de todo lo que le había ayudado a conseguir la cátedra, el pago que le dio fue apropiarse de las ideas que esta le había facilitado presentando ante el tribunal de oposiciones el trabajo de Diane sin citarla. Era costumbre que el nuevo titular ofreciese una pequeña fiesta y en ella Diane va a presenciar algo que no le gustó por primera vez de Olivia y que la dejó estupefacta: Olivia se atribuyó en su discurso, para justificar el porqué de su especialidad, las mismas palabras que Diane le confesó por qué había elegido cardiología: cuando leyó a Alfred de Musset. Se  había apropiado descaradamente de su idea. Días después, Olivia invitó a Diane a cenar a su casa, lo cual le produjo una gran ilusión, ya que llevaba mucho tiempo soñando con ello. Aquella noche le permitió a Diane conocer a Mariel, la hija  de Olivia y Stanislas, profesor de Matemáticas y de carácter introvertido. La niña, que mostró gran timidez, le entregó a su madre las notas para que las firmara y Diane observó que todas estaban suspensas. A partir de entonces, Diane acudió cada dos días para ayudarle a Mariel a hacer los deberes. La niña sólo sabía leer y escribir y el abandono parental era manifiesto. Diane no pudo evitar la comparación entre aquella criatura traumatizada y su propia infancia. “Yo por lo menos tenía a mis abuelos, a mi padre, a mi hermano; Mariel, durante todos estos años, no ha tenido el afecto ni la atención de nadie.” Mariel y Diane se encariñaron profundamente. Se opina que Diane se vuelca con la hija de Olivia porque veía en Mariel una repetición de lo que le había ocurrido a ella. Diane considera el comportamiento de Olivia incluso peor que el de su madre, pues mientras en esta ella solo veía celos, en Olivia veía celos, odio e incluso, lo peor, desprecio hacia Mariel. ¿Cómo había sido posible que día tras día hubiese dejado a su hija en manos de Stanislas, su padre, un hombre introvertido, casi autista, que estaba todo el día tumbado en la cama mirando al techo para buscar inspiración a sus teorías matemáticas?

Una noche, tras acostarse Mariel, Olivia le plantea a Diane que la sustituyera en una de las dos clases que ella impartía en la Universidad, para  así poder dedicarse más a la investigación. Y para que tuviera más tiempo podría dejar las clases de Mariel, a lo que se negó Diane. Su amiga Elisabeth le dijo a Diane que se las apañara como fuera, pero que debería dejar a esa mujer que se estaba aprovechando de ella. Al formar parte Olivia del tribunal que valoraría su tesis, Diane no quiso anunciarle sus planes hasta que tuvo la confirmación del aprobado y las felicitaciones del tribunal. Seguidamente le comunicó que dejaba las clases de la universidad para dedicarse a curar gente que era lo que siempre había querido. Alguien recuerda las palabras que le dijo Olivia a Diane,  donde mostraba el desprecio hacia los enfermos y su baja categoría como persona: “Los pacientes son basura humana. Vas a echar de menos a los alumnos. Aquí vives rodeada de inteligencia. Ejerciendo como simples médicos, solo curamos a cerdos”. “Pues estoy dispuesta a convertirme en veterinaria” le respondió Diane. Llegó a la conclusión de que Olivia era una persona vengativa, buscaba blancos para su desprecio y los encontraba fácilmente: los ingenuos, los enfermos e incluso su propia hija. “Y probablemente yo, a partir de ahora”, pensó. El destino de Mariel le produjo escalofríos, pero decidió  abandonar desde ese momento su presencia en aquella casa. Retomó la relación con su familia y todos los domingos se reunía a almorzar con sus padres, su hermano, su mujer y sus hijos. Nunca más volvió a ver a Olivia, pero se enteró que Mariel había dejado el instituto, lo que le entristeció. Días más tarde de haber cumplido treinta y cinco años y que había celebrado en casa de su amiga Elisabeth, Diane recibió la visita de la policía para informarle de que Olivia había sido asesinada y querían interrogarla. Ocurrió la misma noche de su cumpleaños y había recibido veinte puñaladas en el corazón. Diane no tuvo que reflexionar demasiado para comprender quién era el asesino…

“A mí lo que más me ha llamado la atención ha sido la capacidad de Diane para adaptarse a todas las circunstancias, a pesar de sus problemas. Se vuelca con Olivia  ayudándole a sacar la cátedra y también con su hija Mariel cuando se da cuenta que está en una situación parecida a la de ella y sin embargo Olivia se aprovecha de Diane.” Frente a la opinión de que esta historia era ficción, alguien manifestó que de temas de ficción lo son prácticamente todas y que esta situación, pensaba, sí puede darse en la vida. También se resalta la coherencia y madurez de Diane desde el principio, frente a la forma violenta de actuar de Mariel. Alguien subraya la importancia de tener una infancia equilibrada y los problemas que podemos crear a nuestros hijos por la falta de amor en esas edades tempranas. Se recuerda la ayuda que recibió Diane de sus abuelos, la familia Deux e incluso de su padre. Ahí radica la diferencia con la soledad de la infancia de Mariel y su reacción posterior. Y surge una pregunta: “Creéis que una persona que ha sufrido tanto de pequeña, luego de mayor puede ser tan buena?” Y esta respuesta: “Pienso que hay gente buena que actúa así, precisamente porque han sufrido mucho antes y quieren que no les ocurra a los demás.” Y la réplica: “Pero en la mayoría de los casos no creo que actúen así de bien, porque ese maltrato que la vida ha tenido contigo te marca y te hace que no te fíes de la gente.”  “A mí lo que me ha costado más trabajo creer, no es la actitud de las mujeres como tales, sino como madres.” Se distinguen dos partes en la vida de Diane. En la primera en la que su madre la ignora y decide irse con sus abuelos por pura supervivencia, y una segunda en la que su madre va a buscarla cuando su hermana Celia, la preferida, se ha ido de la casa dejándole su bebé, en la que Diane pasa completamente de su madre demostrándole que ya no le hace daño y lo tiene todo superado. Diane reacciona igual ante su madre como ante Olivia; quiere mucho a Mariel, pero no tiene más remedio que dejarla.

 Como consideración final pensamos que es un libro diferente y, como comentó alguien, muy adecuado para una sesión del Club de Lectura como la que hemos celebrado…

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Próximo libro: “La madre naturaleza”        Autora: Emilia Pardo Bazán

Fecha: 22 de abril 2021                               Hora: 19 h.

Lugar: Tod@s en casa (en principio)

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